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El segundo de los factores requeridos es la regulación.
En un transformador cuanto menor sea el efecto de variación de
tensión, tanto mejor ser su funcionamiento. Esta propiedad puede
expresarse por medio de la regulación que se define como la diferencia
entre la tensión de salida a circuito abierto y la misma a plena
carga, expresada como una fracción de la tensión a circuito
abierto. Puede calcularse como: r% = I1 . (R1 + R2') / E1 donde: I1 es
la corriente del primario, R1 es la resistencia del arrollamiento del
primario, R2'es la resistencia del arrollamiento del secundario, E1 es
la tensión del primario (su valor eficaz). El último es
la potencia requerida: P Los valores típicos son: = 95% r% de 2%
a 8% (a veces menor) P = 100 W Pero existe otro factor muy importante
en los transformadores de poder, que es la sobreelevación de temperatura,
y puede calcularse como: é = 780 (Pt / Sdt) [W/cmý] donde Pt es la pérdida
total y Sdt es la superficie de disipación total. En el momento
de elegir el transformador se debe tener en claro que tipo de uso se le
dará a la fuente.
Gran parte de la calidad de la misma radica en el tranformador utilizado.
Es importante destacar que un transformador de mala construcción
puede ser un dispositivo inutilizable, ya que las pérdidas dependen
del material usado, el rendimiento del grosor y la pureza del cobre de
los bobinados, y en definitiva los factores citados dependen de un buen
montaje. Los efectos mas indeseados son: vibración de las placas
del núcleo, recalentamiento y generación de señales
contaminantes. Eso se evita seleccionando un buen dispositivo.
El segundo bloque en la figura 1 corresponde al circuito rectificador.
Este se compone de dos diodos rectificadores en su versión más
simple; aunque es posible rectificar con un solo diodo, llamándose
este de media onda, pero es poco aconsejable por la mala calidad de la
señal de salida.
Aquí se observan dos versiones de rectificadores:
de media (fig.3a)
y de onda completa (fig.3b).
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